Mercedes-Benz GLB
Matemáticamente perfecto
Mercedes-Benz no sólo se fijó en sus propias cifras para determinar qué coche sería necesario. También se fijó en la competencia y llegó a la conclusión de que el GLB tenía que ser bastante más grande que sus rivales directos. Por citar nombres y cifras, el GLB es más grande que un BMW X1 o X2 y también que un Volvo XC40. El GLB es casi tan grande como el propio GLC de Mercedes, pero pone más énfasis en la funcionalidad que en el lujo.
El diseño también se ha planificado cuidadosamente. Las proporciones y las formas se han elegido de modo que resulte difícil estimar el tamaño real del coche. En el proceso se han utilizado invariablemente líneas rectas con esquinas redondeadas. El resultado es un coche que parece duro y seguro, pero al mismo tiempo amable y políticamente correcto. Muy ingenioso en conjunto.
Otra elección clara: el GLB no es un "crossover" (Mercedes-Benz ya tiene el GLA en la gama para eso), sino un auténtico SUV que realmente se puede utilizar fuera de la carretera. Por eso el GLB tiene una altura libre al suelo considerable (20 cm) y unos parachoques elevados que permiten superar pendientes pronunciadas sin quedarse atascado (ángulo de entrada 18 grados, ángulo de salida 18,3 grados). Para responder a las necesidades más variadas, existe también una versión AMG, que en cambio está vestida de forma deportiva y sacrifica un poco de capacidad todoterreno en favor de la aerodinámica.
Espacio
De serie, el CAP tiene cinco plazas, pero opcionalmente se puede instalar una tercera fila de asientos para convertirlo en un siete plazas. Entrar en la parte delantera es fácil, ya que el asiento está un poco más alto que en un turismo normal. Sin embargo, no se trata de un SUV imponente en el que el conductor sube y luego se siente como si condujera una máquina poderosa; y esa modestia caracteriza al GLB.
Los asientos traseros están sobre raíles, por lo que, dependiendo de la situación, puedes optar por más espacio para las piernas en la parte trasera o más espacio para el equipaje. Con los asientos traseros en posición retrasada, el GLB ofrece espacio suficiente para cuatro adultos grandes. El segundo asiento trasero sólo es apto para personas de hasta 168 cm, según Mercedes-Benz. El fabricante olvida convenientemente mencionar que esas personas también necesitan cierta agilidad para alcanzar los asientos traseros.
Equipamiento
Como en todos los nuevos modelos de Mercedes-Benz, el interior está dominado por una gran pantalla que se extiende desde detrás del volante hasta la mitad del salpicadero. Esta pantalla forma parte del "MBUX": la "Mercedes-Benz User eXperience". De este modo, el conductor puede elegir libremente dónde desea que aparezca la información. De este modo, Mercedes-Benz aprovecha al máximo la libertad que ofrecen las pantallas. Para ello resulta muy práctico que los botones del lado izquierdo del volante controlen las funciones de la mitad izquierda de la pantalla y que los botones del lado derecho del volante controlen las de la mitad derecha. Cualquiera que haya trabajado con esto alguna vez se pregunta por qué no todas las marcas lo hacen así.
Sus numerosas funciones pueden controlarse no sólo desde el volante, sino también con un pulsador central, tocando la pantalla y... simplemente hablando con el coche. No es necesario aprender comandos, ya que el ordenador acepta frases completas. Esto no sólo se refiere al manejo del coche, sino también a la solicitud de información aleatoria. Por ejemplo, se le puede pedir el tiempo que hace en cualquier lugar del mundo o que cuente un chiste (respuesta: "lo siento, no puedo hacerlo porque mis creadores son alemanes"). No solo en términos de características, sino también en términos de facilidad de uso, MBUX ha sido, con mucho, el líder en la industria automotriz desde su introducción en 2018. Como extra, MBUX también puede equiparse con uno de los sistemas de audio con mejor sonido. El sistema de audio "high end" de Burmester tiene un sonido rico en detalles, claro, espacioso y musical.
Motores
Todos los modelos compactos de Mercedes-Benz comparten la misma base técnica. Eso significa que el GLB está disponible con los mismos motores que la Clase A y la Clase B. Sin embargo, el híbrido enchufable no está disponible en este SUV por ahora. En el momento de escribir estas líneas, sólo se ofrecen motores tradicionales de gasolina y diésel. Para esta prueba se condujeron dos extremos: el modelo básico "GLB 200" con 163 CV / 250 Nm y tracción delantera y el "GLB 35 AMG" con 306 CV / 400 Nm y tracción total.
La potencia del motor del GLB 200 ya es más que suficiente y nunca da la sensación de estar conduciendo un modelo básico. En ciudad, el cuatro cilindros de 1,3 litros ofrece mucha flexibilidad, mientras que fuera de carretera las revoluciones son agradablemente bajas para mayor tranquilidad en el habitáculo y un consumo de combustible favorable. Sólo cuando de repente se pide más potencia, el motor y la caja de cambios automática necesitan algo de tiempo para pensárselo, después de lo cual su rendimiento sigue siendo bueno.
El GLB 35 AMG es un coche completamente diferente. Aunque bajo el capó sólo se encuentra un cuatro cilindros de 2,0 litros, éste deja escapar un poderoso sonido tras el despegue y enseguida queda claro que no se trata de una versión corriente. En ciudad, el AMG no es agresivo ni intrusivo, pero al mismo tiempo siempre es palpable que bajo la superficie hay una enorme reserva lista para estallar a la menor provocación. Cuando se pisa a fondo el pedal del acelerador, el AMG es incuestionablemente rápido y la cadena cinemática es capaz de liberar bien la potencia (sin patinaje de las ruedas ni tirones en el volante). El "35 AMG" no es tan imponente ni aplastantemente rápido como los modelos de seis y ocho cilindros de AMG, pero el precio lo refleja. En una ruta exigente con muy mal tiempo, el consumo de prueba fue de 8,7 litros a los 100 km.
Manejo en carretera
Independientemente del motor elegido, el ruido de conducción es limitado y, gracias al refinamiento de la mecánica, el coche convence como producto "premium". Esto también se refleja en el manejo. Al ampliar la plataforma sobre la que también se asientan la Clase A, la Clase B y el CLA y ajustar la suspensión, el GLB apenas se siente como un SUV. La carrocería se inclina ligeramente en las curvas, pero eso tiene más que ver con la elevada posición del asiento que con un defecto de la suspensión. En todas las condiciones, el GLB transmite una sensación que inspira confianza y que hace que la conducción sea menos agotadora. En una frenada de emergencia, el GLB no delata que se trata de un coche pesado.
La versión AMG va un paso más allá. Gracias a una suspensión claramente deportiva, la inclinación en las curvas se contrarresta aún mejor y el GLB se conduce más como un turismo dinámico que como un SUV. La prueba de conducción se realizó en condiciones muy malas y, aunque desastrosas para las fotos, fue una gran oportunidad para que el chasis demostrara su valía. Incluso con lluvia extrema y en malas carreteras de montaña, se pudo disfrutar impunemente de la abundante potencia del AMG.
Todos los GLB, excepto el modelo base, tienen tracción a las cuatro ruedas. El GLB no tiene reductora ni bloqueo de diferencial, pero sí un sistema electrónico que asume sus funciones. Durante la prueba, se subieron pendientes que eran casi imposibles de tomar a pie (véase el fondo de las fotos), pero el GLB (diesel) las subió como si fueran grandes badenes. Incluso las rocas sueltas y los descensos pronunciados no plantearon ningún problema.
Conclusión
El Mercedes-Benz GLB es el resultado de pura aritmética. A juzgar por sus propias cifras de ventas, Mercedes-Benz decidió que hacía falta un SUV compacto. El análisis de la competencia demostró que ese SUV tenía que ser más grande que la media y ser capaz de rendir seriamente fuera de la carretera. No sólo en teoría, sino también en la práctica, el GLB demostró ser una buena idea.
Empezando por su aspecto: gracias a su ingenioso diseño, es difícil estimar lo grande que es en realidad el GLB. Gracias a sus líneas duras con esquinas redondeadas, el GLB tiene un aspecto duro y seguro, pero al mismo tiempo accesible y modesto. Se trata, por tanto, de un SUV ante el que nadie se ofende. En la práctica, las dimensiones son justas. El GLB es espacioso y confortable en trayectos largos, pero práctico y manejable en ciudad. Además, la altura libre al suelo y los amplios ángulos de entrada y salida hacen que el GLB sea muy utilizable fuera de la carretera.
Aunque es una lástima que no haya disponible ningún propulsor híbrido o eléctrico, los motores de gasolina y diésel que se ofrecen consiguen convencer. Son silenciosos, suaves y potentes, y tienen unas cifras de consumo civilizadas en la práctica. En cuanto a infoentretenimiento y seguridad activa, el GLB está entre los mejores. En resumen: las cuentas salen, ya que el GLB es un coche que puntúa en todos los puntos.
- Espacioso y práctico
- Equipamiento rico y moderno
- Cómodo en carreteras públicas, competente fuera de carretera
- No disponible como coche eléctrico o híbrido
- Entrada incómoda a la tercera fila de asientos